
Partimos de la base de que soy hembra, y como hembra que soy siempre que se me sugiere entretenimiento en clave de guerra mi primera reacción es la suspicacia y cierta caída de párpados que suele significar: "Talking to me???". Pero bueno, una es más blanda que la mierda de pavo y siempre acaba cediendo. Total, que empecé a verla con interés relativo (esto en mi idioma, el bovino, quiere decir que mientras miro la tele de reojo estoy leyendo un cómic y buscando cualquier frikada en Internet. Mi contrario lo llama "dispersión mental". Yo lo llamo "enfoque simultáneo multitarea"). Poco a poco la cosa se empezaba a ponerse interesante, y el resto de operaciones que me traía entre manos fueron perdiendo importancia relativa (me quedé embobada con la tele y con el dedillo colgando sobre la tecla "Av Pág"). Tres episodios y una batería de portátil agotada inútilmente más tarde, estaba enganchada.
El guión de esta serie es cojonudo (con perdón de todos los cojones). La mayor parte del tiempo estás viendo a cuatro tíos metidos en un Hummer del ejército yanki teniendo conversaciones que le parecerían absurdas hasta a Quentin Tarantino. Entre pajas mentales y de las otras (las que se hacen con la mano, digo) hay alguna que otra escena con tiros y explosiones y testosterona en galones y esas cosas típicas de "guerra". Pero esas son las menos, porque lo que muestra esta serie - y supongo que el libro de Evan Wright en el que está basada, aunque no me lo he leído - es que lo que hicieron los Marines-USAs en Irak en 2003 fue básicamente pelar la pava. Se gastaron millones en enviar a unas máquinas de matar mal equipadas al desierto y las utilizaron para el equivalente bélico de barrer la entrada del portal.
Muy recomendable: 9 de 10.
Y en esta también sale Alexander Skarsgard, ladies and gentlemen...