miércoles, 22 de diciembre de 2010

El I-Pad

En estos tiempos de crisis, entre desvelos por el aumento del plazo de cotización a la SS, angustias por la ley Sinde, y sentadas cósmicas de controladores aéreos, ha entrado en mi vida de manera inesperada... El I-Pad.
Me lo ha regalado mi costilla. Es mi regalo de Pre-Navidad. Luego en Navidad y en Reyes no nos regalamos nada. Lo hacemos básicamente por llevar la contraria, en plan canción protesta pero a nivel más íntimo.
Hace poco que compartimos nuestros destinos, apenas una semana, pero he de decir que me parece una manera extremadamente cómoda de trastear sin necesidad de cargar con el portátil a lo largo y ancho de mi hogar (porque 40 metros cuadrados dan para mucho).
Básicamente el tiempo que paso frente al portátil estoy leyendo un libro -e-book, que lo llaman los modernos-, un cómic o fanfiction. Todo ello se puede descargar cómodamente en aplicaciones como el ibook o kindle y, "voila": cienes y cienes de páginas a tu disposición en un dispositivo de tamaño manejable que pesa menos que mi taza del desayuno. Kindle además tiene la ventaja de ser la aplicación de Amazon, donde se puede uno descargar libros por el módico precio de 0.99 USD, incluso a veces de forma gratuíta; y además va como un tiro. Webs como fanfiction.net, archiveofourown.org o fictionpress.com permiten descargar archivos directamente en ambas aplicaciones, haciendo la lectura mucho más fácil.
Además, existen otras apps gratuitas que te permiten acceder a todos los archivos de música y video almacenados en local en otro equipo, siempre que estén compartidos (en mi caso a través de Medialink), a través de Wi-fi. Eso todavía lo estamos estudiando, porque parece que el aparatito tiene problemas para leer según qué archivos.
En definitiva, creo que lo voy a amortizar... Aunque el fichero Excel con el cálculo de la hipoteca siga estando en el portátil. Pero bueno, nunca se sabe: seguiremos investigando.

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