jueves, 23 de diciembre de 2010
miércoles, 22 de diciembre de 2010
El I-Pad
lunes, 28 de junio de 2010
Ay...
Pues no, pero ya entiendo por qué ayer lloré viendo Rambo III. Para que luego digan que el Síndrome Pre-menstrual es un mito.
miércoles, 5 de mayo de 2010
Premio Internacional de las Editoriales Electrónicas
viernes, 30 de abril de 2010
Hace mucho, mucho tiempo... Antes de la Playstation...
domingo, 18 de abril de 2010
The Boys: Ennis vuelve
Hacía ya tiempo que no encontraba nada de Garth Ennis que realmente me enganchase ("tiempo" aquí significa hace casi 10 años). Lo que me enganchó a Ennis fueron trabajos como Predicador, True Faith, Diosa o Sólo un Peregrino (entre otros). Los años que pasó escribiendo Hellblazer para mí están entre lo mejorcito de las interminables aventuras de John Constantine. Más allá de la violencia gratuita, que siempre es bienvenida si está bien llevada, lo que me gustaba de Ennis era su mala sombra. Ese tipo de mala leche que, más que dejarte mal sabor de boca, te atraviesa la lengua como un balazo. Pero Punisher me aburre, Hitman me aburre más aún (además le tengo manía a John McRea, que dibujó este título junto a otros varios de Ennis. No lo soporto al tío, no sé por qué), The Darkness ni lo pude terminar... Violencia gratuita sin la mala sombra de antes pero con sorprendentes sobredosis de moralina. Así que dejé de estar al loro de lo que publicaba. Sin embargo he vuelto a encontrar ese qué-sé-yo que tenía: en The Boys.
Es un cómic sobre antihéroes. En sentido salvajemente literal: Si el "anti-cal" acaba con la cal y el "anti-vaho" acaba con el vaho, estos anti-héroes les revientan las tripas a los "super-héroes" (las tripas o los sesos, a elegir... todo muy Garth Ennis). Tenemos además a cargo de los lápices a Darick Robertson (Transmetropolitan), para mí el amo indiscutible de las gónadas, miembros cercenados y manchas sospechosas del panorama actual del cómic internacional, y del que me confieso fan indiscutible.
La premisa es la siguiente: Hughie es un perdedor nato de Glasgow que, tras presenciar como un chaval volador se carga impunemente a su novia (y cómo...), se une a una especie de grupo de control de superhéroes financiado por oscuros poderes internacionales y capitaneado por un mamón de marca mayor al que llaman "Bill El Carnicero". A partir de aquí tenemos un desfile interminable de cafradas (cometidas por ambos bandos) que, no sé como, acaban siendo simplemente el telón de fondo de dos historias sobre corrupción y crimen organizado bastante interesantes - porque hasta la fecha sólo he podido echar mano a los dos primeros volúmenes.
Desde luego, no recomendaría leerlo a cualquiera, porque es básicamente sexo, violencia, escatología ocasional y un trasfondo rollo Watchmen en plan "el poder absoluto corrompe absolutamente" que puede resultar cansino a algunos y estomagante a otros. Pero, como he dicho, me gusta la mala sombra que lo empapa todo (junto con los variopintos fluidos corporales); llega un momento en el que no tienes claro quienes son los malos, y los únicos genuinamente buenos son los que invariablemente acaban jodidos en grado superlativo. Vamos: la vida misma.
jueves, 15 de abril de 2010
Sons of Anarchy... O el placer de ser malote
miércoles, 14 de abril de 2010
Perdidos... Indeed
lunes, 12 de abril de 2010
Terry Pratchett y la producción en cadena
Al señalar a Pratchett como uno de mis autores favoritos me encuentro de todo. Mayormente, gente a la que me mira raro y piensa: "¿y esta petarda por qué cree que me interesa su vida?". Pero vamos, por cosillas que he hablado con quienes lo conocen y lo han leído - y basándome en críticas que he encontrado por ahí -, da la impresión de que, por un lado, la literatura "de género" no puede tener calidad literaria y, por otro, que a alguien que ha escrito 33 novelas - sin contar ensayos y no-ficción en general - en poco más de veinte años no se le puede tomar en serio. Ambas afirmaciones hacen que se me retuerzan los incisivos como bayetas de cocina viejas.
¿La literatura "de género" no tiene valor literario? Gente como Arthur C. Clarke, Isaac Asimov, Stanislaw Lem, Theodore Sturgeon, Kurt Vonnegut, Carl Sagan, Ray Bradbury, Harlan Ellison, Aldous Huxley, Richard Matheson, G.K. Chesterton, J.G. Ballard... Todos ellos son autores de reconocido prestigio literario que han buceado, unos más que otros, en géneros como la ciencia ficción, el terror o la fantasía. Una buena historia lo es independientemente del género en el que se encuadre. Después de todo, el "género" es simplemente una etiqueta, generalmente impuesta más por nosotros, los lectores, que por los autores. Alguien que exuda talento como un sifón escribiendo una novela generalista (mainstream, que dicen los anglófilos), ¿lo pierde acaso al escribir una novela "de género"?. ¿La calidad literaria de un trabajo es entonces directamente proporcional al número de cazas imperiales o, dios nos libre, trasgos, hombres lobo o dimensiones paralelas que aparecen en sus páginas? La pregunta se responde sola.
Hace ya bastante tiempo, leí que el Sr. Martin Amis se permitió el lujo de criticar a Iain Banks por la velocidad de publicación de sus novelas, relacionando la supuesta falta de calidad literaria con la velocidad a la que escribe sus historias (siento no poder insertar la cita, pero no la encuentro por ninguna parte). Sr. Amis: No critique a su compañero de profesión sólo porque haga más rápido sus deberes. En mi opinión Banks es otro buen ejemplo de un narrador excelente con una productividad extremadamente alta. No tiene nada que envidiar gente como Ian McEwan o el propio Amis.
Aún así, me temo que nunca seré fan de Corín Tellado, que en paz descanse, aunque tiene todo mi respeto. Al fin y al cabo, tantos lectores no pueden estar equivocados.