jueves, 29 de diciembre de 2011
Ley, Orden y Bragas
lunes, 28 de noviembre de 2011
Momentos Flex y jornadas Titanlux
jueves, 24 de noviembre de 2011
PLANETARY. La historia secreta del siglo XX en los X primeros ciclos del siglo XXI
lunes, 24 de octubre de 2011
De vacas y clones
domingo, 9 de octubre de 2011
The World's Greatest Paddle Adventure: Raqueta Prestada Edition
lunes, 26 de septiembre de 2011
Bang Bang...
martes, 20 de septiembre de 2011
Diario de un Viajante I - Guest Star Post by DP
Única cafetería abierta a esa hora, hora que hasta no hace mucho era la de ponerse en horizontal.
Dos empleados indolentes sirviendo desayunos, una fila que en su deseado extremo final se bifurca en dos, siguiendo obedientemente las indicaciones del correspondiente camarero.
Cuatro legañosos de movimientos pausados delante de mí; yo, tranquilamente, miro el reloj de la blackberry: el embarque es a las 7, hay tiempo. Pero, !sobresalto! A mi derecha, en esa fracción de segundo de despiste movilero se coloca el especimen típico: mujer de 60 años que, cobijada en su afable aspecto maternal, se instala a mi lado.
Yo me la quedo mirando perplejo y emito un sonido gutural hacia ella, sin efecto ninguno. Es más, ella, impertérrita, aprovecha para adelantarse un paso mas. Yo la miro a la punta de la nariz, con fuerza, método infalible para que te devuelvan la mirada, como todo el mundo sabe; pero ni por esas: ella no me mira.
Y se acerca el momento clave del partido: solo quedan dos delante de mí (mejor dicho: tres, ya que la profesional ya se ha colocado un paso por delante: eso sí, en paralelo, para diluir el efecto de su acción). Sintiendo un calor interno, inusual a esas horas de la mañana y menos en ayunas, me armo de valor y oso decirle: "Señora, supongo que se habrá dado cuenta de que yo YA estaba aquí". El espécimen me mira, y mira alrededor, buscando la complicidad de otro congénere quizás. Se gira de nuevo hacia a mí y exclama esa frase tantas veces oída: "Ay hijo!, NO te había visto!".
En ese momento pienso que a lo mejor la chaqueta que llevo me la han cambiado en el tinte por la capa élfica de Frodo Bolsón. No obstante, y para mi sosiego, con la misma velocidad de movimientos, se parapeta a mi retaguardia, agazapada para un más que seguro contraataque.
Felizmente no hay tiempo para el mismo, y ante la pregunta del camarero, respondo con una sonrisa: "Buenos días: un desayuno completo, por favor, y prepareme el zumo nuevo, no tengo prisa".
sábado, 17 de septiembre de 2011
En el limbo de la producción
domingo, 4 de septiembre de 2011
That's Entertainment...
sábado, 3 de septiembre de 2011
Spartacus: Dioses de la Arena
sábado, 20 de agosto de 2011
De Libertad y Megáfonos
viernes, 8 de julio de 2011
Acongojada Me Hallo. O De la Tragedia y Debacle de La Correa de Distribución
lunes, 6 de junio de 2011
Deadwood
Deadwood es una serie más o menos histórica. De hecho, Deadwood es efectivamente una localidad de Dakota del Sur (Estados Unidos) que en sus orígenes era un asentamiento minero cerca de Black Hills. Muchos de los personajes principales son históricos (Seth Bullock y Sol Star, Al Swearengen, Calamity Jane y Charlie Utter…), y algunos de los hechos que se relatan también (como el asesinato de Wild Bill Hickok). El periodo histórico en el que se encuadra es precisamente en el que el territorio de incorporó al estado de Dakota, en el siglo XIX. Aunque evidentemente la caracterización y muchos de los acontecimientos son fruto de la enorme mente de David Milch y sus colegas.
En este pueblo los buenos empiezan siendo unos santos y acaban siendo, como poco, moralmente cuestionables. Y los malos son villanos de corte clásico desde el principio, pero al menos tienen sentido del humor. Digamos que de puertas para adentro tiran todos más al negro que al blanco, la diferencia básicamente es que unos lo asumen y otros no. Estos últimos solucionan este conflicto interior entregando su alma a la violencia (ellos) o a las drogas (ellas). Una vez finiquitadas las tres temporadas considero a Al Swearengen uno de los personajes más entrañables con los que me he topado en televisión; más incluso que Espinete; más incluso que la araña Tecla. Lo que no es moco de pavo si tenemos en cuenta que era un proxeneta, un estafador, un asesino, un maltratador y, en general, un hijo de puta de marca mayor. Y me quito el sombrero ante Ian McShane, porque hace un trabajo fuera de serie.
También cabe destacar que la mitad de la plantilla interpretativa de Deadwood parece ser que acabó en Sons of Anarchy, así que al menos no se quedaron en paro. Ver los primeros episodios fue como jugar al Quién es Quién:
Yo: “Anda, ¿ese no es…?”
Esposo: “Es”
Yo: “Uuuuy ¿Y esa no es…?”
Esposo: “Si, es. ¿Y si te callas y escuchamos algo?”
En resumen, 8 sobre 10 y el mal sabor de boca que se te queda cuando te dejan con las ganas.
jueves, 2 de junio de 2011
David Fincher is back
Me ha costado decidirme, y la razón es David Fincher. Llevo más de una década intentando que me guste lo que hace, porque un tipo que ha dirigido (que no escrito) perlas como Seven, The Game o El Club de la Lucha tiene algo; creo que generalmente lo llaman “talento”. Pero hubo un momento en el que cada vez que veía algo suyo me quedaba con esa sensación… de que al verdadero David Fincher seguramente lo habían secuestrado los alienígenas y en su lugar habían dejado a Ramoncín; creo que generalmente lo llaman “estafa” y, en ocasiones “basura”. Primero lo intenté con La Habitación del Pánico, pero lo único salvable era Forest Whitaker, y acabé detestando a Jodie Foster más que a mi profesora de gimnasia del instituto. Luego Zodiac, que es una oda al exceso bastante infumable, por lo visto basada en sucesos reales que nadie tenía muy claros. Y finalmente Bejamin Button, o de cómo conseguir que la vida de Brad Pitt sea tan anodina como la de cualquier otro individuo aunque la viva del revés. Cuando estrenaron La Red Social en cine me dio una pereza infinita, pero pensé que cuando la estrenaran en DVD la vería, porque en algún momento Fincher tenía que volver a hacer algo bueno. Al fin y al cabo, a David Lynch también le pasa y es un genio reconocido: nunca sabes si le vas a hacer la ola o a pedir que te devuelvan dos horas de tu vida con intereses.
No conocía al milímetro la historia de Facebook. De hecho, no la conocía al centímetro. Ni siquiera al kilómetro. Así que después de ver el “filme” utilicé la fuente de conocimiento más completa y concienzuda creada por el hombre: Wikipedia (esto lo hago siempre que consumo algo supuestamente basado en hechos históricos o personajes reales, aunque indefectiblemente acabo con una considerable empanada mental de datos contradictorios sin contrastar. Es algo así como escuchar a Angela Merkel hablar de pepinos). Después de fisgar un poco, el veredicto es “muy entretenida, pero creíble sólo a medias”. Será que si no exageras el Sueño Americano pierdes público. Estos yankees tienen demasiada admiración por el narcisista maligno en general y por el narcisista maligno que se sale con la suya en particular. Pero vamos, dada la horda de subproductos que nos endilgan últimamente, esto al menos está currado y es interesante.
La historia del post-adolescente inmaduro con una buena idea que se le va de las manos y, ya de paso, le soluciona la vida no es ninguna novedad, especialmente en el mercado de información en el que nadamos desde hace unos 20 años (o más). Bill Gates o Steve Jobs realmente revolucionaron (no sólo ellos, pero formaron parte del proceso) la manera de entender y gestionar la información a todos los niveles, pero Facebook no es parte de esa etapa, sino de la siguiente. Google, Youtube, MySpace, Twitter, E-Bay… Wikipedia: hay a millares. De vez en cuando surge algo nuevo, un giro, pequeño o grande, que hace que se tome un determinado camino, o que crea un sinfín de clones: pero el planeta ya existe, sólo lo están poblando. Son meros colonos. Francamente, no creo que Facebook haya cambiado la red, ni tampoco creo que haya modificado la forma de socializar de los seres humanos. Considero, sin embargo, que posiblemente haya modificado y simplificado el concepto de “red social”, que no era nuevo ni mucho menos, hasta el punto de haber provocado un paso en la evolución de la vida social online. Ya no estoy en Facebook, pero lo estuve, y efectivamente es casi adictivo, porque facilita la comunicación con otros en extremo. Cuesta menos llamar que quedar, cuesta menos enviar un e-mail que llamar… Y ahora cuesta menos escribir en el Muro de alguien que enviar un e-mail. Para mantener en marcha el motor de la amistad simplemente haz un click en “Me Gusta” y ya has cumplido, tu conciencia está tranquila. Basta con apretar un botón. Y no es una crítica, porque se trata de un proceso lógico parecido al que hemos seguido con la compra online: no es que hayamos dejado de disfrutar hojeando libros en una librería, es que es más fácil apretar un botón. No es que no te guste andar, es que llegas antes en coche.
Quizás también este tipo de herramientas, y en este caso incluyo los blogs, son una manera muy eficaz de satisfacer por un lado, y a través de lo que publicamos, esa faceta exhibicionista y ególatra que tenemos todos (aquí ven de nosotros exclusivamente lo que queremos que vean) y por otro la curiosidad insaciable que tenemos sobre la vida de otros. Ese cotilla irredento que llevamos dentro.
En fin, supongo que este tema da para escribir océanos de tinta a cualquiera que no viva en un refugio antinuclear y tenga conexión a Internet, así que por el bien de mis dedos y los ojos ajenos es mejor dejarlo aquí.
Volviendo a la película, más en concreto al área interpretativa, nada especialmente destacable a excepción de:
- Que, contra todo pronóstico, Justin Timberlake funciona como Sean Parker. Acongojada me quedé y me la tuve que envainar.
- Que Jesse Eisenberg y Michael Cera tienen que compartir al menos 8 cromosomas… O más.
- Que tengo la memoria facial de una hoja de parra, porque tardé más de 45 minutos en darme cuenta de que Eduardo Saverin (Andrew Garfield) era el Antón de El Imaginario del doctor Parnassus. Tiene tela.
En resumen, es la primera vez que Fincher saca más de un 6 sobre 10 en mi libro desde El Club de la Lucha. Pero vamos, sigue a años luz de lo mejor que ha hecho.
En otro orden de cosas, ayer también probé a poner un foco LED en lugar de uno halógeno en el hogar y he llegado a la conclusión de que el ahorro de energía te deja ciego. Probaré a encender menos las luces para ahorrar, que hasta ahora me ha funcionado.
viernes, 1 de abril de 2011
¿The Boys al cine?
Espero que sólo sea un bulo (como lo de Predicador, que lleva en el limbo de la pre-producción desde que Sarita Montiel llevaba coletas). Y si no lo es, espero que al menos Simon Pegg sea Hughie. Es lo mínimo. Aunque viendo la trayectoria del tal McKay, seguro que prefiere a Will Ferrell. Qué miedito.
martes, 29 de marzo de 2011
Sanctuary (for All)
Sanctuary es una serie Canadiense que arrancó en 2007 con 8 episodios web gratuitos que después fue fichada por SyFy Channel (entonces SciFi) gracias al tremendo éxito que tuvo. Esto fue lo primero que me llamó la atención. Lo segundo fue que estaba rodada utilizando CGI para prácticamente todo (vamos, con pantalla verde. Sin decorados reales); los pantallazos se ven a distancia, pero les permite ser mucho más imaginativos a nivel visual a bajo coste. Parece que además es la primera serie que utiliza lo que llaman "RED Camera", que guarda la película directamente en un disco duro facilitando y abaratando la edición sensiblemente. Una virguería.
martes, 8 de marzo de 2011
La Crueldad de la Paz de Espíritu
lunes, 7 de marzo de 2011
Sherlock
A pesar de que Sherlock Holmes es posiblemente uno de los personajes más trillados de la ficción cósmica, seguido muy de cerca por el Doctor Watson y el Conde Drácula, cuando me enteré de que Mark Gatiss y Steven Moffatt le habían dado otra vuelta y habían rodado una mini-micro-peque-serie de 3 episodios, me puse toda contenta y esperé ávidamente su emisión (algunos malvados pueden pensar que me empalmo cada vez que oigo hablar de Gatiss y Moffatt por Doctor Who... Y tendrían razón). Lo que han hecho estos dos es situar la acción a principios del S. XXI en lugar de a finales del XIX (o sea, ahora en lugar de antes). Esto podría haber sido un quiero y no puedo o un acierto absoluto. Después de ver los tres primeros minutos del primer episodio ya había decidido cuál era el veredicto: "¡Yupiiiii!".
En cuanto a las caras: Benedict Cumberbatch está imponente como Holmes, y aunque tenía mis dudas respecto a Martin Freeman como Watson (especialmente tras la tremenda desilusión de La Guía del Autoestopista Galáctico), el tipo lo borda. Del resto es destacable Rupert Graves como Lestrade, que no sólo hace el personaje creíble sino que además cae bien, y Mark Gatiss como Mycroft Holmes, porque hasta ahora nunca me habría imaginado a Mycroft así pero, contra todo pronóstico, funciona.
Los episodios son de 90 minutos, lo que los convierte prácticamente en largometrajes. Pero merece la pena tragárselos porque son muy entretenidos.
Ep. 1 -"Estudio en Rosa": Basado en la novela Estudio en Escarlata. Lo menciono porque seguro que nadie se lo habría imaginado por su cuenta. Escrito por Moffatt, lo que le da caché a priori y a posteriori, y dirigida por Paul McGuigan, de quien solo había visto The Acid House que no está nada mal. Sigue de manera bastante fiel el caso relatado en la novela original. Lo mejor, como se integran elementos actuales sin variar sensiblemente la evolución del caso (y su resolución). El móvil rosa, cómo utiliza Sherlock su web, como menciona a Moriarty al final del episodio... Muy ingenioso. Lo peor: Sherlock se hubiera dado cuenta mucho antes del percal si ciertas pistas que aparecen en la serie se hubieran cruzado en su camino en la novela. Claro que esto es fácil de decir desde la cómoda postura de quien ya sabe quién es el malo desde el principio. De los tres episodios, el segundo mejor.
Ep. 2 - "El Banquero Ciego": Esta tiene elementos que me recordaron a la primera parte de El Valle del Terror (por los mensajes codificados en las páginas de un libro), pero no se basa realmente en ninguna historia original de Doyle. He leído por ahí que también toma elementos del el relato Los Bailarines, pero ese no lo conocía, francamente. En cualquier caso, para mí este es el episodio más flojito de los tres. Lo ha escrito un tal Stephen Thompson, a quien no tenía el gusto de conocer pero que no me ha dejado exactamente impresionada, y el director es Euros Lyn, que como también viene de Doctor Who y dirigió la tercera temporada de Torchwood, tiene mi beneplácito implícito. Además, el problema de este episodio era el guión, no la dirección. Los personajes siguen la línea que Moffatt crea en el primer episodio en casi todo (esa es la parte buena), pero la rocambolesca trama de mafias asiáticas y contrabando a gran escala acaba siendo cansina y un poco liosa.
Ep 3 - "El Gran Juego": En mi humilde opinión, el mejor de los tres. Tremendo. Escrito por Gatiss y dirigido de nuevo por Paul McGuigan. Gatiss proclama a los cuatro vientos su evidente admiración por Arthur Conan Doyle (Sir) y se despacha a gusto introduciendo elementos de varias novelas y relatos, principalmente Los Planos del Bruce-Partington (por el caso Wes) y El Problema Final (por el enfrentamiento cara a cara entre Holmes y Moriarty, agua incluida). La propia estructura del episodio (varios desafíos directos de Moriarty que constituyen casos independientes) recuerda mucho a Las Aventuras de Sherlock Holmes. También hay guiños a Las Cinco Semillas de Naranja, Escándalo en Bohemia, Estudio en Escarlata, El Ritual de los Musgrave o La Casa Deshabitada. No se corta tampoco homenajeando al Holmes de Basil Rathbone: el Golem es clavado a The Creeper en La Perla Maldita.
Ooooooich!!!
Pero... Pero... ¿En qué estaban ustedes pensando, oigan? ¿Pretenden que nos parezca verosímil que un Tomasín metrosexual con un tic en el ojo y pinta de seguir teniendo poluciones nocturnas sea el "criminal mastermind" por excelencia del panorama literario mundial? Nononononoooo... NO. Por los clavos. Es risible. Igual el del casting le había pegado demasiado al José Cuervo esa tarde. O le debía un favor a alguien. Que igual el chaval es un actor excelente y lo clava en otros menesteres, pero aquí chirría como un chicle Bazooka de fresa eléctrica pegado en el zapato.
En fin, con todo y con eso, estoy esperando la segunda temporada casi con más ansia que las vacaciones de verano, porque a una no le pueden dejar en este sinvivir ("Cliffhanger", creo que lo llaman los anglosajones).
miércoles, 16 de febrero de 2011
Generation Kill
Boardwalk Empire
lunes, 10 de enero de 2011
2010 en PS3
Batman: Arkham Asylum (9 de 10)