lunes, 26 de marzo de 2012

RIP Ralph McQuarrie... Un grande.

Ralph McQuarrie murió el 3 de Marzo a los 82 años. Yo no me he enterado hasta ahora porque claramente estoy on the parra full time. O sea, con la berza.

¿Y este quién era? Pues resulta que de la imaginación y el buen hacer de este venerable anciano salieron la mayor parte de los diseños de producción y el arte conceptual de la saga Star Wars enterita: Chewbacca, C3 PO, R2 D2, el Halcón Milenario, Jabba el Hutt... Y un eterno etcétera. No contento con esto, tuvo a bien seguir en su línea regalándonos ilustraciones y diseños para otras producciones míticas, entre las que se encuentran Coccoon, E.T., Encuentros en la Tercera Fase, En Busca del Arca Perdida, Star Trek IV: Misión Salvar la Tierra, Parque Jurásico y Galáctica, Estrella de Combate (la original... Cuando Starbuck era Fénix, y no una rubia estupenda). También metió mano, aunque menos, en El Chico de Oro y, Desafío Total (toda la arquitectura Marciana era suya).

- Dato curioso si importancia alguna que por alguna razón ha anidado en mi cerebro: hizo un cameo en El Imperio contraataca como "General McQuarrie" (Ejército de la República). Salía cuatro nanosegundos en segundo plano y no tenía guión, pero su personaje pasó como secundario a la serie de animación Las Guerras Clones. Fíjense...-

El Imperio Cotraataca - Arte conceptual

De entre sus portadas literarias recuerdo particularmente las de Asimov. Me quedaba alobada con aquellas novelas de la Colección Ciencia Ficción de Ultramar Editores que mi madre engullía como si fueran agua cuándo yo aún era  moza imberbe (más tarde intenté imitarla, pero jamás podré leer a esa velocidad. Mi madre es claramente un ser supremo, aunque a estas alturas de su ciclo vea menos que un gato de escayola).

Sueños de Robot - Isaac Asimov
Además de todo esto, como la mayor parte de los ilustradores, trabajó en publicidad y en la industria del videojuego (hace tantos años que ni había oído hablar de esos trabajos). Y antes de dedicarse al arte por el arte realizó diseños para Boeing y la NASA. Un hombre para todo, está claro. En fin: una vida larga y productiva.

En fin... Adios Ralph. Y gracias por todo.


jueves, 8 de marzo de 2012

Estimada Comunidad Internacional...

Mil gracias por felicitarme por tener vagina. A pesar de que no fuera una condición elegida, y del desasosiego que me causa unos cinco días cada mes, he de reconocer que estoy bastante satisfecha con el resultado general.

He de decirles que mi condición de ser humano con vagina resulta bastante llevadera en el tiempo y lugar en los que me ha tocado existir. Por este motivo me doy por satisfecha con la felicitación y me tomaré una cañita a su salud.

Les recuerdo, sin embargo, que aún existen a fecha de hoy multitud de seres humanos con vagina para los que esa condición no resulta, ni mucho menos, tan llevadera. Les sugiero que el año próximo complementen vds. sus felicitaciones y los chascarrillos de mierda clásicos en esta fecha con detalles como, por ejemplo, la igualdad de derechos y la libertad de obrar en general. Estaría estupendo que ya no se pudiera vender, golpear o coartar la libertad a una persona legalmente sólo por tener vagina. O que la vagina no fuera motivo para limitar la soberanía personal de nadie en ningún estado reconocido por ustedes. Son sugerencias algo rudimentarias que tampoco he trabajado mucho, pero estoy segura de que ustedes podrán perfilarlas mejor que yo, ya que departen tanto sobre derechos humanos que deben tener la boca seca.

Les felicito por mi parte de antemano por el tremendo esfuerzo que estoy segura de que van a realizar en los próximos 12 meses…

Sin otro particular, reciban un cordial saludo,

Una Vagina Esperanzada

miércoles, 7 de marzo de 2012

Let's Get Physical...

Let me hear your body talk... Y eso...

Érase una vez, hace muchas lunas – concretamente unos 6 meses de lunas -, una señora de mediana edad que se dio de alta en el Gimnasio de al Lado del Currotm.
Ocurrió que durante todas esas lunas, gracias a esa célebre fuerza de voluntad de guerrero Sith que le caracteriza, la tipeja no había pisado aquellas pulcras instalaciones ni una sola vez… Hasta la semana pasada (o la anterior. No me acuerdo. A estas edades ya me falla el condensador de fluzo). El caso es que cuando llega ese momento en el que estás en la ducha y te percatas de que la única diferencia entre la textura del agua y la de tus muslos es la fina membrana de tu dermis casi incolora te dices: “Hay que hacer algo YA”. Y después de secarte te invade una sensación de desazón extrema y SIN FALTA, a lo largo del mes siguiente, pasas al menos 5 minutos cada 15 días andando deprisa en una cinta… Y subes andando a la oficina al menos una vez a la semana.
En fin que la señora, embutida en su Uniforme-Fitness-Mujer-Fin de Temporada-Decathlontm y portando en los pinreles los que posiblemente sean los tenis más feos de la historia del pseudo-ejercicio amateur, entró con decisión y aplomo en la sala de cardio (que en este caso es la misma que la sala de ciclo y la de pesas… Es lo que tienen los gimnasios poligoneros: falta de espacio y elegancia en las formas) y se instaló cómodamente en una cosa a la que llaman “la Elíptica” (pero que no tiene forma de elipse, es más bien como un reposapiés gigante articulado que, una vez instaladas las pezuñas y las zarpas, te obliga a mover de manera más o menos coordinada las extremidades con esfuerzo moderado durante exactamente el tiempo que tardas en avergonzarte de ti misma lo suficiente. Creo que cuando se hace al aire libre se llama “correr”).
Allí instalada en el aparato, intentando poner cara de haber estado allí cienes de veces, la señora empezó a fijarse en la fauna circundante… Perdón, en las otras señoras y señores que la rodeaban, esperando encontrarles afanados en sus tareas: venga de pedalear, o de correr, o de levantar cantidades absurdas de kilos con partes inverosímiles de sus cuerpos serranos. Mas lo primero que encontró su mirada, justo enfrente, fue un ser lamentable de mejillas arreboladas y rostro descompuesto, bufando como un tranvía, que se movía con la gracilidad de una rama de abedul y… Había algo alarmantemente familiar en esa mirada bovina… Si… Aha… Era un espejo.
Una vez recuperada cierta autoestima, decidió hacer un nuevo intento evitando superficies reflectantes en la medida de lo posible… Y allí estaban… Ellas, pintadas como puertas con sus disfraces de Eva Nasarre (Versión Sepu 1983), ellos perfectamente depilados, con sus wife-beaters de Mudanzas Paco y Radikal Sound (o, en algún caso memorable, sin camiseta). Todos gráciles, fuertes, enamorados de su propia imagen, de la que solo retiraban la mirada para realizar intermitentes rituales de apareamiento de tan solo unos segundos... Era un cruce aberrante entre la jaula de los monos del zoo y Yo soy la Juani. Era inquietante, desasosegante y un poco risible. Era... Es... El motivo por el que la señora, que ha decidido ir al gimnasio dos veces a la semana, ya no se baja las gafas a "la sala de cardio" aún a riesgo de su integridad física...