martes, 28 de febrero de 2012

Night Call...

Febrero, un día laborable cualquiera, 4:40 a.m.:
-Teléfono fijo sonando con insistencia cerril sin ningún tipo de consideración horaria-
-Salto grácil, tropezón no tan grácil, rodilla en tierra, improperio nada grácil-
-Teléfono en silencio, número privado-
Febrero, el mismo día laborable cualquiera, 4:48 a.m.:
-Teléfono fijo sonando one more time. Si cabe con más insistencia y un timbre más agudo-
-Salto muy poco grácil, pezuñas enredadas en sábanas (gracilidad en cero absoluto), hostia fina contra el gotelé. Gemido lastimero. Meñique de mano derecha horadado de por vida. Adios a mi futuro como pianista de élite. Vivo porque no muero-
-Teléfono en silencio. Número privado... Mecagoen... ¡Oich!... Indignada me hallo...Su put... La madre que... Castración química para quien inventase el gotelé YA-

Febrero, bla bla bla, 4:59 a.m.:
-Teléfono fijo sonando for the third time. Cachis en la mar salada... Paso... No, puede ser algo importante... Seguro que ha pasado algo, huelo la acidez de la desgracia desde aquí... Voy rauda-
-Acrobacia voladora con voltereta en caida. Evito el meñique herido, aunque seguramente habrá que amputar. Velocidad Absurda: on. Driblaje a muebles que en la oscuridad no parecen tan inertes-
-... ¿Digamé?
-...
- ¿Oiga?
-... ...
- ¿Padre? ¿Madre? ¿Jefe?... ¿Perro?
- Oye... (Voz masculina, más o menos)
- Si, oigo con normalidad... ¿Que quién llama?
- Mira...
- ¿Ein? ¿A dónde? ¿Quién llama?? ¿Sabe vd qué hora es??? (Esa es una pregunta absurda que hacemos todos los seres humanos cuando alguien contacta con nosotros en mal momento... Quien llama a las 5 de la madrugada generalmente sabe perfectamente la hora que es)
- Oye, mira, que tengo que decirte una cosa... Que... Que después de todo...
- ¿Pero qué dice oiga? ¿Quién coj*nes es usted? Me cago en su p*ta calavera, hombre, que son las...
- Ruido sospechoso de origen no identificado.
- ¿Oigaaaa???? (Pero - pensé - ¿y este señor por qué llora? Vaya depresión que debe tener para estar llamando insistentemente a teléfonos aleatorios en horas intempestivas desde número privado... Un momento... Mmmh... UN MOMENTO... ¡Este no está llorando!! ¡por Onán! ¡No me lo puedo creer!! ¡cochinomarranoguarroimpertinente!!) - Pero será... Es vd un cabr*n repugnante, un cerdo de mi*rda y un hijo de mil hienas... Espero que se le despelleje el miembro hasta la uretra entre grandes dolores. Buenas noche, bastardo.

Conclusión... La gente se masturba a horas muy raras. A algunos tarados les ponen las señoras torpes y dormidas de mediana edad. No se me dan bien las acrobacias, especialmente si no tengo los dos ojos abiertos. El gotelé es un agente de Hades disfrazado de pared que se propone llevarnos al Tártaro en trocitos pequeños. Parte de mi meñique está en el infierno, lo que claramente me convierte en Joan Constantine. Voy a descolgar el fijo por las noches...
Fin

Motivos por los que me comería el cerebro de Neil Gaiman (en corto)

Momento fan:

The Day the Saucers Came (Fragile Things)


Aquel día aterrizaron los platillos. Cientos de ellos, dorados,
Silenciosos, bajaron del cielo como inmensos copos de nieve,
Y los terrícolas salieron
A contemplar su descenso
Expectantes ansiosos por saber lo que nos esperaba
En su interior
Y sin saber si seguiríamos aquí mañana
Pero tú ni siquiera te diste cuenta
Aquel día, en el que llegaron los platillos volantes
Fue a coincidir
Con el día en que las tumbas liberaron a sus muertos
Y los zombis levantaron la mullida tierra
O salieron disparados tambaleándose y con los ojos
Mortecinos imparables
Se acercaron a nosotros los vivos que gritamos y salimos
Corriendo
Pero tu no diste cuenta porque
El día de los platillos, que fue el día de los zombis, fue también el Ragnarok
y en las pantallas de los televisores vimos
Un barco construido con uñas de hombres muertos,
Una serpiente, un lobo,
Tan grande que la mente humana no alcanza a concebirlos
Y el cámara no pudo
Alejarse lo suficiente y entonces aparecieron los dioses
Pero tu no los viste venir porque
El día de los platillo-zombis dioses de la guerra las compuertas se rompieron
Y fuimos arrollados por genios y duendes
Que nos tentaban con deseos y prodigios y eternidades
Y encanto y sabiduría y corazones
Fieles y valerosos y calderos de oro
Mientras gigantes arrasaban la tierra
A su paso, junto con las abejas asesinas,
Pero tu no te enteraste de nada porque
Aquel día, el día de los platillos, el día de los zombis
El día de ragnarok y las hadas, el
DIA en que se desataron los fuertes vientos
Y las nevadas y las ciudades se volvieron de cristal, el día
En que murieron todas las plantas, se disolvieron
Los plásticos, el día
En que los ordenadores se encendieron con un mensaje
En sus pantallas que nos exhortaba a obedecer, el día
En que los Ángeles, borrachos y confusos salieron de los bares
Con paso vacilante
Y tocaron todas las campanas de Londres, el día
En que los animales comenzaron a hablar en asirio
El día del Yeti,
El día de las capas al viento y de la llegada de la Maquina del Tiempo,
Tu no te enteraste de nada porque
Estabas en tu habitación, sin hacer nada Ni leer siquiera, tan solo Mirabas el teléfono Preguntándote si yo volvería a llamarte.

Babycakes (Smoke and Mirrors)


Hace unos años todos los animales se fueron.
Nos despertamos una mañana y ya no estaban allí. Ni siquiera nos dejaron una nota o nos dijeron adiós. Nunca acabamos de entender adónde se habían ido.
Los echábamos de menos.
Algunos pensamos que el mundo se había acabado, pero no era así. Sencillamente, no había más animales. Ni gatos ni conejos, ni perros ni ballenas, ni peces en los mares, ni aves en los cielos.
Estábamos completamente solos.
No sabíamos qué hacer.
Vagamos perdidos un tiempo y entonces alguien señaló que, sólo porque ya no había animales, no teníamos por qué cambiar nuestras vidas. No teníamos por qué cambiar nuestras dietas o dejar de poner a prueba productos que podrían hacernos daño. Después de todo, aún quedaban los bebes.
Los bebés no saben hablar. Apenas se pueden mover. Un bebé no es una criatura racional y pensante.
Hicimos bebés.
Y los usamos.
Algunos nos los comimos. La carne de bebé es tierna y suculenta.
Los despellejamos y nos decoramos con su piel. El cuero de bebé es suave y cómodo.
Con otros hicimos pruebas.
Les sujetamos los ojos abiertos con cinta adhesiva y vertimos detergentes y champús dentro, de gota en gota.
Los cubrimos de cicatrices y los escaldamos. Los quemamos. Los sujetamos con abrazaderas y colocamos electrodos en sus cerebros. Hicimos injertos y los congelamos e irradiamos.
Los bebés respiraban nuestro humo y en sus venas corrían nuestras medicinas y drogas, hasta que dejaban de respirar o hasta que la sangre les dejaba de correr.
Fue duro, desde luego, pero era necesario.
Nadie podía negarlo.
Si habían desaparecido los animales, ¿qué otra cosa podíamos hacer?
Algunas personas se quejaron, por supuesto. Pero la verdad es que siempre lo hacen.
Así que todo volvió a la normalidad.
Pero…
Ayer, todos los bebés habían desaparecido.
No sabemos adónde se fueron. Ni siquiera los vimos marcharse.
No sabemos qué vamos a hacer sin ellos.
Pero ya se nos ocurrirá algo. Los seres humanos son listos. Es lo que nos hace superiores a los animales y a los bebés.
Ya encontraremos una solución.