sábado, 20 de agosto de 2011

De Libertad y Megáfonos

Parece que en los últimos días se ha creado cierta polémica en la urbe en la que felizmente resido con motivo de un evento del copón al que llaman "JMJ".
Desde el punto de vista práctico, solo sé que desde el Martes pasado una cantidad indecente de jovezuelos y jovenzuelas de nacionalidad italiana han aparcado las mochilas en diferentes emplazamientos de mi amado barrio. Entre sus pertrechos se encuentran un número exagerado de banderas nacionales (de la nación Italiana, se entiende), muchísimas ganas de cantar a coro y unos cuantos megáfonos que funcionan estupendamente (aunque, por alguna razón, me da la impresión de que suenan más contundentes a partir de las 3 de la madrugada... Será que eso de la fe se vive con más pasión por la noche, porque son como los Gremlins cuando les das de comer después de media noche, los jodíos).
Otra de las cosas que he notado es que no puedo acceder a la mayor parte del centro de la ciudad y aledaños como de costumbre (esto es, atravesando un atasco de hora y media) a no ser que lleve un carnet que acredite que voy a ver a un señor mayor con toga ibicenca y mocasines de franela. O peor, que voy a confesarme al Parque del Retiro (si, si, al Retiro. True Fact. Si no hay al menos 200 confesionarios blanco eterno nuclear no hay ninguno)... ¿Confesarme yo? Ni hablar, yo sin mi abogado presente no digo nada.
En este momento miles de muchachos con sus jóvenes corazones cargados de amor por el señor mayor en particular y por los alzacuellos en general, esperan en un descampado a 39 graditos a la sombra para rezar un rato a última hora, o algo. Planazo.
En otro orden de cosas, resulta que por otro lado tenemos a la otra facción, llamémosla facción B, que resulta que en teoría ha salido a la calle a manifestarse para protestar contra la financiación pública de eventos religiosos en un estado laico y lo que están haciendo realmente es impedir que se desarrolle la libertad de culto en nombre de... la libertad. Esto no lo llego a entender muy bien, porque si tu problema es la financiación, ¿por qué le gritas a la gente que su religión es opresión? Pues si es opresión es problema de quien la practica, no tuyo. Tú a tu rollo y punto, que tampoco es plan de ponerse a insultar (y lo de "es que ellos me insultaron a mi antes" tampoco me vale, a no ser que tengas como máximo ocho años).
Total, que a mi me parece muy bien que cada uno emplee su tiempo y dinero en lo que guste, pero estoy deseando que estas hordas (tanto la facción A como la B) se lleven sus matasuegras, carteles, sombreros panameños y, sobre todo, sus megáfonos de vuelta a casa y así poder volver a dormir una noche entera y dar un paseo por mi ciudad sin sentirme como una traidora a la causa divina (o terrenal) sólo por no compartir la opción religiosa (o laica) de ciertas personas.